DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER - 8 DE MARZO
Un año más llegamos a este 8 de marzo con las ganas de reivindicar los derechos de las mujeres. Vemos como una marea violeta inunda, no solo este 8 de marzo sino todos los días del año, las calles de nuestras ciudades y pueblos.
Estamos ante un momento social en el que por un lado vemos progresos en los derechos de las mujeres, pero también es cierto que son insuficientes, por lo que hay que seguir en la lucha. Por otro lado vemos como surgen movimientos extremos (me da igual extrema derecha que extrema izquierda) que no benefician el progreso en la evolución de estos derechos. Digo que me da igual un extremo que otro porque considero que los extremos son malos. En mi humilde opinión, cada vez que se pronuncian unos u otros lo que hacen es encallar un poquito más la progresión que el colectivo femenino pretende alcanzar.
No podemos olvidarnos que la lucha de la mujer no debe tener color político, sino que debe tener un color social (el violeta es el elegido internacionalmente), un color que debe identificar a las de izquierda, derecha, centro, o aquella que es apolítica. El Progreso de nuestros derechos como mujeres, el alcanzar un estatus de igualdad con los hombres no puede depender del color político que esté en el poder. Esa lucha debe ser contundentemente femenina y apoyada incondicionalmente por el sector masculino.
Recientemente he visto un video en el que un psicólogo hablaba acerca de la igualdad en las tareas domesticas de hombres y mujeres. Me llamo la atención dos términos que utilizó para definir la participación de los hombres en las mismas: corresponsabilidad y voluntarioso.
Para diferenciar ambos y aclarar su definición lo explicaba muy bien dando unos ejemplos en los que el hombre voluntarioso era aquel que ayudaba en las tareas de casa bajo el mando y orden de la mujer, ejecutando las ordenes que ella le daba. Mientras que el hombre corresponsable compartía las labores domesticas junto con su mujer, decidiendo ambos como hacer las mismas, existiendo un reparto equitativo; y en este ultimo caso se alcanzaba por lo tanto el compartir tanto el tiempo de trabajo como el de descanso.
No es esta una cuestión baladí porque mientras con el hombre voluntarioso la carga mental de la gestión de las tareas sigue recayendo sobre la mujer, en el hombre corresponsable esa carga mental se reparte. Y esto es muy importante porque precisamente lo que se pretende con la consecución de la igualdad entre hombres y mujeres es el reparto equitativo en todas las facetas.
Es importante que sigamos en la lucha, que nos corresponsabilicemos hombres y mujeres en el avance hacia la igualdad entre los mismos, en conseguir que el trato sea de igual a igual. Que no existe una posición de superioridad del hombre respecto de la mujer. Que todos estamos en el mismo barco y denunciaremos las situaciones de abuso y desigualdad.
Mª Dolores Salgueiro Castro, colegiada 2323 del ICAA Pontevedra
Abogada en Salgueiro & Lopez Gabinete Juridico